Pasaron algunos días y toda la pesadilla parecía haber terminado. Sin embargo, mis conductas comenzaron a cambiar, y empecé a pensar que algo muy malo podía volver a sucederme", dice Claudia N., de 35 años. Está bajo tratamiento psicológico. Su vida cambió por completo después de que sufrió dos asaltos a mano armada, uno en la calle y el otro en su casa.